Tradiciones de Ibiza
El carácter insular de Ibiza ha nutrido y protegido un rico patrimonio de tradiciones que resulta muy atractivo a los viajeros sensibles y llenos de curiosidad.
El campo de Ibiza acumula siglos de tradición en sus viviendas, iglesias, muros de piedra seca, pozos y fuentes. Por toda la isla se encuentran excelentes ejemplos de viviendas payesas tradicionales, con sus fachadas encaladas, sus formas cúbicas, sus ventanucos… Para descubrir la arquitectura que le dio a Ibiza el sobrenombre de Isla blanca basta con internarse por las carreteras secundarias del interior, donde asoman en medio de un campo de labranza o reconvertidas en acogedores restaurantes.
También la danza tradicional de Ibiza, el Ball Pagès, sobresale por ser una representación folclórica sin igual en el Mediterráneo.En esta danza ancestral de cortejo, las mujeres se desplazan hieráticamente trazando curvas mientras el hombre realiza constantes saltos en torno a ellas al tiempo que hace sonar unas grandes castañuelas llamadas castanyoles. Además de la danza, hay que prestar atención a los trajes tradicionales, al trabajo orfebre de las emprendades, verdaderas obras de arte en plata, oro y coral que adornan el pecho de las mujeres; y al cuadro instrumental que acompaña a los bailarines formado por el tambor, la flauta y el espasí, un singular instrumento musical de percusión metálica que parece una espada.
Conocer cómo viven los ibicencos sus tradiciones resulta muy sencillo: basta con sumarse a las fiestas patronales de los pueblos o a las más de veinte ballades populars que se celebran en pozos y fuentes desde abril a octubre. En todas estas ocasiones, a la representación del ball pagès le sigue una degustación de dulces tradicionales (orelletes y bunyols). Aparte de estas citas festivas, los visitantes también pueden disfrutar de la belleza y singularidad del ball pagès en las representaciones programadas durante la temporada estival en el patio de la iglesia de Sant Miquel y en el puerto de Ibiza.